Madrid (España). El mejor amigo del hombre este otoño ha sido el
paraguas. Varias semanas seguidas de lluvias frecuentes han obligado a no soltar
el instrumento, pero ¿cómo caen estas lluvias al campo bravo? ¿Afectan o no al
remate de los toros que se van a lidiar en los primeros compases de la
temporada? ¿Qué hacen los ganaderos para contrarrestar los efectos del agua?
Tres criadores de diversos puntos de España responden a estas preguntas:
Álvaro Núñez, de Cuvillo, cuyos toros pastan
en Cádiz; Juan Pedro Domecq (con fincas
repartidas entre Sevilla y Portugal) y
Moisés Fraile, de El Pilar, cuya finca está
en Salamanca.
Madrid (España). Aprovechamos la
presentación de la encerrona de Alejandro Talavante en la finca
de Victorino Martín para echarle una ojeada a la corrida que el
torero extremeño lidiará en solitario el próximo 18 de mayo en Las
Ventas. Aquí los tienes:
Vídeo: Miguel Fernández
La impresión general de los tres es que ha llovido mucho, pero no mal. Cuvillo señala que 'las lluvias están siendo generalmente beneficiosas, aunque haría falta algo más de calor' y Juan Pedro suscribe: 'Es cierto que ha llovido mucho durante el otoño, pero no es la lluvia mala de otros años'. Moisés Fraile, por su parte, afirma que 'toda agua que caiga es buena, aunque este año estemos un poco aburridos ya de ella, porque complica un poco las cosas'.
La clave es esa: ¿cómo afecta el agua al remate de los toros? Juan Pedro responde: 'Desde luego, lo retrasa', y explica por qué: 'Todo está mojado, el toro no puede tumbarse y descansar como es debido, se le moja el pienso; en general, están incómodos y eso afecta a su remate'. Álvaro y Moisés coinciden en este punto. El primero afirma que 'los toros no alcanzan el lustre que tendrían en otras circunstancias' y el segundo dice que 'incluso los becerros se pelean más. Por raro que parezca, para los toros es mejor el frío que la lluvia. Y eso que nuestra finca desagua bastante bien'.
Respecto al modo que tienen los ganaderos de contrarrestar estos efectos negativos de la lluvia, hay soluciones variadas. Como señala Juan Pedro, 'la solución definitiva es que los toros estén a cubierto; ahí es cuando se reduce el efecto de las lluvias, pero son infraestructuras que hay que estudiar'. Por esa línea va también Moisés Fraile: 'Lo que hemos hecho nosotros es poner las corridas que vamos a lidiar pronto en unos techados, para que por lo menos no se les moje el pienso. Pero son obras caras y van despacio, porque no está la cosa para tirar cohetes'. Cuvillo habla también de cambios en la alimentación: 'Se les puede dar una alimentación más energética, pero cambiarles la fórmula tampoco tiene buenos resultados'.
Daniel Ventura
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